martes, 25 de septiembre de 2007

Haciendo Pedagogía

Al realizar el taller Nº 2 “Análisis de Problemas sobre Estadística y Probabilidad”, el cual consistía en resolver, clasificar, modificar e indicar conceptos y procedimientos de ejercicios relacionados con estadística y probabilidad tomados de diversos textos escolares, me llevó a pensar como desarrollar los contenidos a tratar en una clase para lograr un buen aprendizaje en los estudiantes desde dos puntos de vista, como estudiante y como futuro profesor. Por un lado, desde la perspectiva de estudiante, pude conocer cuales eran las dificultades al momento de desarrollar tales ejercicios, por ejemplo: si conocía los contenidos para desarrollarlos; si los problemas eran fáciles de comprender; si los ejercicios me motivaban a desarrollarlos o me proporcionaban algún aprendizaje, etc. Esto me permite a mí como futuro profesor orientarme hacia las falencias o necesidades que presentan los alumnos al momento de desarrollar los contenidos en la sala de clases respecto al aprendizaje que se espera lograr en ellos. Si bien al planificar, el docente tiene claro cuales serán los contenidos a tratar y que aprendizajes espera de los alumnos con tales contenidos, no deja de ser algo general, que “supuestamente” es aplicable a cualquier grupo curso, de cualquier escala social, cultural, política, religiosa, etc. Es fundamental que el profesor conozca la realidad de sus estudiantes, su forma de vida, su cultura, nivel económico, sus ideales, etcétera y así formar su plan y programa acorde a tales circunstancias, y una vez puesto en marcha el plan, conocer el punto de vista de los alumnos respecto a la forma en que se realiza la clase (dificultades, ideas para desarrollar contenidos, etc.), puesto que todas las personas aprenden de una manera distinta y eso se puede apreciar en el aula cuando se desarrolla un contenido y no todos logran aprender al mismo nivel una determinada materia; es ahí donde el profesor debe dejar a un lado lo planificado y retomar tal contenido, y más aún, si es necesario, cambiar la metodología de enseñanza. Esto se conoce como curriculum oculto.
Hoy en día la reforma educacional plantea que el docente sea un guía, que lleve al alumno a alcanzar su propio aprendizaje y que incorpore estrategias adecuadas para ello, y además, que sea un mediador, que conozca el punto de vista de los estudiantes respecto a su forma de aprender, sus motivaciones, aptitudes, etc., y que las incorpore a las metodologías que utilizara en el aula. “La educación durante toda la vida será una norma y gran parte de ésta ocurrirá fuera del tradicional proceso educativo. Se tendrá también que vivir en un mundo en donde las personas cambien de profesión dos o más veces a lo largo de la vida. A su vez, en la medida que la información cambia rápidamente, el énfasis en educación será más en el proceso, en cómo nosotros aprendemos, en lugar del contenido, esto es, en qué aprendemos. En otras palabras, cada vez se hace más necesario indagar y hacer hincapié en el aprender cómo aprender, en el conocer cómo conocer, en el meta-aprendizaje y meta-conocimiento, en los estilos de cómo se aprende y cómo se enseña, más que en el qué y cuánto aprender”( Jaime Sánchez, 1987)
Este taller me llevó a un encuentro cercano con la práctica pedagógica, puesto que me hizo pensar como realizar trabajos prácticos, como por ejemplo guías, en donde los alumnos, además de alcanzar un conocimiento abstracto sobre un determinado tema, les sea útil para afrontar diversos problemas de la vida diaria (aprendizaje para la vida), y a su vez que tales prácticos sean un buen modelo de evaluación, que le permitan al profesor identificar las falencias que presentan sus alumnos para lograr su propio aprendizaje.

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